viernes, 20 de abril de 2012

La argentinidad al palo: YPF y la parodia socialista

Sin lugar a dudas, la decisión del Estado de expropiar el 51% de las acciones en manos de Repsol para poder controlar a YPF fue el notición de la semana. 

De manera automática la polémica acción encontró enseguida detractores y seguidores. Del lado del gobierno derechista de Rajoy, supone una decisión desafortunada, y uno de los accionistas de Repsol salió rápidamente al cruce al afirmar que “un partido no se acaba cuando se hace un gol”, olvidando que durante años a partir de la privatización hicieron un vaciamiento total del petróleo, con réditos millonarios. 

Tengamos en cuenta que últimamente, el gobierno no la venía pegando en medidas que apoyara el grueso de la población. La masacre de Once, crisis inflacionaria, paritarias docentes y el escenario de internas K rumbo al 2015 (con la reagrupación de la cúpula moyanista y en donde Boudou se lleva el papel estelar de la comedia de enredos) venían haciendo tambalear la agenda política. Por esta razón, la medida sirvió para sacar las papas del horno por parte de la militancia K y no tanto (léase el apoyo de Pino Solanas, Binner y Bonfatti) y resucitar una vez más, luego de Malvinas, los sentimientos nacionalistas recordando el origen argentino de la petrolera. 

Sin embargo, parece que la política nacional en el fondo tiene algunos problemitas. Abriendo el paraguas, la misma Cristina se encargó de aclarar que expropiación no es lo mismo que nacionalización. Y no es una cuestión menor. Si bien el Gobierno le sacó el 51% a Repsol, del 49% que queda el 25% restante va hacia las manos de grupos privados, siendo el empresario Eskenazi uno de los principales beneficiados, y el otro 17% queda en el limbo de la bolsa de comercio. Y, desde ya no olvidemos que la gran expropiación es con pago por parte del Estado. O sea, le sacamos un porcentaje a Repsol pero se lo devolvemos con dinero constante y sonante. ¿Y de donde va a sacar el Gobierno la platita para financiar semejante transacción? De las reservas del Banco Central y además de ANSES, por supuesto. Total, nuestros jubilados cobran un dinero millonario y están muy bien así como están. Pareciera que nadie tiene en cuenta que la jubilación mínima (que cobran 5 millones de personas) es de un valor cercano a los $1500. Por otra parte, todo parece indicar que la gran gesta nacional no tiene inconvenientes para continuar los negociados en un territorio muy cerquita de España: la petrolera francesa Total, ni lenta ni perezosa, rápidamente se comunicó con el interventor De Vido y con Kiciloff para ampliar la capacidad productiva de los pozos que comparte con YPF en Neuquén. O sea… ¿defensa de los recursos naturales con España sí y con Francia no? 

De cualquier manera, dentro de la ecuación, los trabajadores y el pueblo quedan inmediatamente excluidos del rol activo que deberían cumplir al ser los artífices principales de toda la producción y de las ganancias empresariales. Por lo tanto, de “socialista” se podría decir que la medida tiene poco o nada. Por si pasó desapercibido en la montaña de noticias, el mismo Carlos Menem que en 1992 privatizó la petrolera apoyó la expropiación, sosteniendo que hoy en día la situación “es otra”. Ni hablar de Mauricio, en un principio defendiendo los intereses extranjeros, como corresponde a cualquier oligarca, pero finalmente dando el brazo a torcer y aclarando que, de ser presidente a partir de 2015, iba a mantener dicha medida. 

Desde el PTS rechazamos los ataques imperialistas de España y de la UE en su conjunto y exigimos una verdadera expropiación del 100% para poner una empresa nacional única bajo control obrero, siendo un programa de lucha que apunte a la modificación radical del sistema para un gobierno de trabajadores.

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